EL SUELO: la importancia del todo
Cuando pensamos en nuestros suelos agrícolas y en sus características y necesidades relacionadas con la obtención de un rendimiento óptimo de los cultivos, es importante tener en cuenta varios aspectos.
Sin mucho esfuerzo, nuestras ideas rápidamente se centrarán en valorar el tipo de cultivo y sus requerimientos nutricionales. sin tener en cuenta que la importancia del todo en el suelo. También tendremos en cuenta el tipo de suelo que utilizaremos para el desarrollo del cultivo. Y diferentes parámetros como textura, pH, salinidad, contenido en materia orgánica, estado sanitario, etc., nos ayudarán a definir las propiedades físicas, químicas y biológicas del suelo.
Análisis físico-químico.
Si seguimos asociando ideas, y profundizamos un poco más en el conocimiento de las propiedades del suelo, llegaremos a la importancia de su análisis. Conocer la concentración de elementos como el fósforo, el nitrógeno, el potasio, el calcio, el magnesio, el sodio, los carbonatos, la caliza y el hierro; nos permitirá ajustar el tipo y dosis de fertilización y llegar a un equilibrio entre las necesidades nutricionales del cultivo, la presencia de los diferentes nutrientes en el propio suelo, y el aporte exacto que debemos de realizar con el abonado (Álvarez, 2018).
Y ahora, avancemos un poco más en nuestros pensamientos.
El suelo y los microorganismos
El suelo es un organismo vivo, en constante actividad, gracias a la presencia de organismos y microorganismos que desarrollan su ciclo vital en él. Es fácil asociar a un suelo, por ejemplo, la presencia de lombrices de tierra, y el beneficio que aportan mediante su actividad. Pero, no es tan evidente, que en un único gramo de suelo podemos encontrar millones de organismos de un tamaño tan pequeño, que no podemos observar a simple vista. Sí, estáis leyendo bien, un gramo de suelo es espacio suficiente para albergar millones de organismos microscópicos. Imaginad por un momento la cantidad de microorganismos que puede albergar una hectárea de suelo, en sus primeros 30 cm de espesor. Estos microorganismos en su afán “natural” de crecimiento, desarrollo y multiplicación, llevan a cabo complejas actividades metabólicas relacionadas con los ciclos de los nutrientes en la naturaleza. Es decir, la actividad de los microorganismos del suelo está relacionada con la disponibilidad de nutrientes esenciales para nuestros cultivos, mediante:
- La solubilización de diferentes elementos del suelo, como los fosfatos, liberando las formas asimilables para la planta.
- La fijación de nitrógeno atmosférico, mediante la formación de nódulos radiculares, principalmente con plantas leguminosas.
- La descomposición de la materia orgánica.
La importancia del todo.
Es muy importante ser consciente de la presencia de los microorganismos en el suelo, pero es vital entender, o por lo menos dimensionar, el complejo ecosistema que se establece al considerar el conjunto de todo lo expuesto hasta el momento. La actividad de las diferentes poblaciones microbianas y la evolución de las mismas, depende del medio en el que se encuentran, es decir, depende de la textura del suelo, de su pH, del contenido en materia orgánica, de la presencia de agua, etc.; pero a su vez, la actividad de los propios microorganismos tiene la capacidad de ir modificando las condiciones del medio que ocupan; estableciéndose un complejo engranaje, que no puede funcionar por partes y que no puede ser considerado de forma independiente.
A este engranaje, hay que añadir la relación que se establece entre las raíces de las plantas y las diferentes poblaciones microbianas circundantes (rizosfera), basada en el beneficio mutuo que obtienen ambas partes, que contribuye a su mayor desarrollo, y por lo tanto, al mayor crecimiento del cultivo. Además, tampoco podemos olvidar, el efecto que la actividad agrícola tiene sobre las propiedades físicas, químicas y biológicas del suelo; y por extensión, sobre la actividad de los organismos y microorganismos del suelo.
Hacia una nueva agricultura
La presencia de los microrganismos en el suelo y el efecto de su actividad metabólica sobre los ciclos de los nutrientes, la interacción de los microorganismos con las raíces de las plantas y con el ambiente que les rodea; junto con otras características microbianas que comentaremos en posteriores ocasiones, son la base de las nuevas estrategias de biofertilización; y deben de ser la base de un nuevo concepto de agricultura que respete el equilibrio de los ecosistemas edáficos.
El suelo es un bien natural, NO renovable, que depende totalmente de nuestro cuidado para su conservación y supervivencia.
Para profundizar un poco más sobre la importancia del análisis del suelo, consultar el artículo: “La importancia de los análisis de suelo: una herramienta clave para el agricultor” (2018). Álvarez San José, Beatriz. Tierras de Castilla y León. Agricultura, núm. 269 (64-69).
Este artículo ha sido escrito por Lorena López Enríquez, profesora de Microbiología en INEA