Análisis de suelo para buscar su equilibrio.
¿Por qué es necesario hacer un análisis de suelo ? La composición del suelo depende de la roca madre y del clima de la zona. Pero la implantación de formas vivas hace que el suelo comience a modificar su composición y su estructura, dando lugar a la formación de agregados, microagregados y horizontes en el suelo, manteniendo un carácter a la vez estable y dinámico.
El suelo evoluciona
El suelo, por lo tanto, es un organismo vivo, que evoluciona con la implantación de la vida vegetal y animal (microorganismos e invertebrados) consiguiendo una estabilidad gracias a la autorregulación (a través de las raíces de las plantas, las bacterias, los hongos y los protozoos), manteniendo más o menos constante la composición y las propiedades del suelo.
Si eliminamos esa forma de vida (microorganismos), por malas prácticas en nuestros suelos, perderemos ese equilibrio dinámico, exponiéndolo a la pérdida de su estructura, provocando a su vez la pérdida progresiva de la fertilidad y como resultado final, erosionando el suelo.
El suelo y la Agricultura
La agricultura es fundamental en nuestro sistema de vida. Es necesario para cubrir las necesidades alimentarias tanto de personas como animales, pero es imprescindible realizarla de forma sostenible para evitar el desequilibrio del suelo. Para tener una producción agrícola adecuada es preciso conocer el suelo a nivel químico y mineral. Por eso hay que realizar un análisis de suelo.
Causas del desequilibrio en el suelo
– La reducción de aportes orgánicos. La aplicación regular de materia orgánica o compost es la mejor manera de alimentar tanto a las plantas como a los microorganismos y proteger el suelo, reciclando los nutrientes.
– El mal uso y abuso de algunas técnicas de laboreo, que pueden provocar perdidas de suelo, compactación del terreno, desestructuración del suelo y por consiguiente pérdida de fertilidad.
– Las extracciones de nutrientes en forma de cosechas, que tendrán que ser aportados de alguna manera.
La importancia del Laboratorio
Conocer nuestro suelo nos ayudará a mantener ese equilibrio Por ello en el laboratorio de INEA trabajamos para poder gestionar su explotación agrícola de la forma más sostenible, analizando el suelo y las enmiendas orgánicas que se van a aportar, analizando el agua que se utiliza para regar y el material vegetal para detectar posibles carencias y actuar así de forma responsable para reequilibrar el medio.
Parámetros más importantes en un análisis de suelo
Con el análisis de suelo podemos saber los porcentajes de arena, limo y arcilla que tenemos, dando su clase textural, lo que nos ayudará a tomar decisiones a la hora de trabajar el suelo, de calcular las dosis de riego, etc. Por ejemplo, sabemos que suelos con alto porcentaje de arcilla son suelos pesados, poco permeables, con escasos poros.
El aporte de materia orgánica ayuda a mejorarlo, aumentando la permeabilidad en suelos fuertes, arcillosos y mejorando la capacidad de retener agua y nutrientes en suelos ligeros, arenosos.
El pH que nos indica posibles bloqueos de fósforo o calcio cuando el valor es superior a 7,9 o toxicidad por aluminio cuando encontramos valores inferiores a 5,0. En estos casos extremos hay que ayudar al suelo para llevarle a un pH neutro (6,5-7,5) aportando enmiendas calizas en suelos ácidos o productos acidificantes (azufre, leonardita, yeso, …) en caso de suelos de pH altos. Los bioestimulantes ayudan también a equilibrar el pH.
Otro parámetro que se analiza es la salinidad a través de la conductividad. La cual, si nos da un valor alto, nos puede indicar un exceso de nutrientes, provocando bloqueos y toxicidad en las plantas. Si predomina el Sodio, el peligro no solo es para las plantas, nutriente fitotóxico, sino que destruye la estructura del suelo, dejándolo impermeable y encharcadizo. Para eliminar las sales habrá que realizar lavados abundantes y si el problema es el exceso de Sodio hay que incorporar además azufre o yeso para eliminarlo.
La materia orgánica es el eje central de nuestro suelo, sabemos que proviene de restos orgánicos de animales y plantas y que aporta a los microorganismos los nutrientes necesarios para sobrevivir. Esta microbiota, ayuda a descomponer la materia orgánica y de esa forma, genera nutrientes disponibles para las plantas.
Pero además la materia orgánica humificada (humus), forma parte de la estructura del suelo, ayudando a formar agregados y mejorando la permeabilidad, a través de la formación del complejo arcillo-húmico. Este complejo es la despensa del suelo donde se acumulan los nutrientes disponibles para las plantas y evita que se pierdan por percolación.
Los microorganismos que viven en la materia orgánica, además de descomponerla, ayudan a equilibrar nuestro sistema edáfico, tomando Nitrógeno de atmósfera, generando sustancias que favorecen el crecimiento de las plantas, que ayudan a luchar contra agentes patógenos, a soportar mejor la sequía o las heladas, etc.
Por todo esto, la materia orgánica es la parte fundamental del suelo y tenemos que ayudar a que nuestro suelo tenga un porcentaje mayor del 2%.
Otros parámetros auxiliares
Otros parámetros que se analizan en el suelo son los Macronutrientes disponibles como el Fósforo, Potasio, Magnesio, Calcio, detectando sus niveles y así saber cómo podemos mejorarlos y adaptarlos a cada cultivo.
Es muy importante analizar también las enmiendas orgánicas que incorporamos al suelo, como el estiércol, el compost, etc. Saber su grado de descomposición y qué cantidad de nutrientes estamos aportando a nuestro suelo. No todos los estiércoles son iguales y a veces desequilibramos el suelo sin saberlo.
Todo esto ayuda no sólo al suelo, al medio ambiente, a la sostenibilidad, . También a la sostenibilidad económica de los agricultores ahorrando costes, pues manteniendo un porcentaje adecuado de materia orgánica y equilibrando el pH estamos ayudando a estabilizar el suelo y a su autorregulación. Y esto se consigue analizando el suelo para saber de dónde partimos y cómo tenemos que actuar para equilibrarlo y poder alimentar a nuestros cultivos de la manera más sostenible, aportando los nutrientes necesarios para cada cultivo.
Trinidad Peña. Directora Técnica Laboratorio de Análisis de INEA
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